22 nov 2014

Vuelta al cole

Después de estar todo un año buscando trabajo, he decidido seguir estudiando.
Una segunda carrera.
Enfermería.


¿Por qué? Porque después de dejar atrás la etapa adolescente marginal y en ocasiones autodestructiva, durante los últimos años me he dado cuenta de que constantemente intento ser de utilidad y ayudar a la gente, esperando siempre el agradecimiento acompañado de una sonrisa, nada más. Es una de las cosas que pueden hacer que me sienta bien conmigo misma y que me haga sonreír como una boba cuando voy andando sola por la calle al recordarlo, así que he decidido sacar provecho de este "espíritu bondadoso" que a veces incluso me resulta tonto. Y porque me gusta la ciencia y quiero licencia para pinchar con jeringuilla.

¿Por qué no voluntariado o trabajadora social? No se me dan demasiado bien las personas, me gusta el ambiente de hospital y tengo intención de vivir de ello, otra cosa es que pueda o no. De bióloga en reproducción asistida ya he podido comprobar que no me dejan ni empezar.

Estoy trabajando en mi trato con la gente, algo necesario para ser enfermera. Utilizo a mis compañeros de clase, intento no espantar a nadie y hacerlo mejor que en mi primera carrera. Estoy siendo paciente, amable y lo más simpática que puedo, pero (sí, siempre hay un pero) hay personas que no están tan dispuestas a colaborar en mi entrenamiento y logran que mi lado oscuro salga a la luz en cuanto llego a casa. Algunos podrán pensar que eso de llamarlo entrenamiento suena a hipocresía o a engaño, pero yo no lo creo. Digo y hago lo que pienso en todo momento, es solamente que me cuesta mostrarlo públicamente, no tengo esa valentía ni sociabilidad, por eso me entreno. Y el hecho de desahogarme en casa pienso que es lo correcto, porque los demás no tienen la culpa de que yo tenga expectativas en ellos, eso es cosa mía y de quien viva conmigo en la misma casa (lo siento ^^').

Acabo de iniciar el primer año de carrera, y de momento no veo demasiadas diferencias entre una Licenciatura y un Grado, todo será cuestión de seguir avanzando. Estoy en una escuela privada en colaboración con otra universidad, así que la cosa está cara, culpa mía por llegar tarde a las preinscripciones, en las demás universidades no quedaban plazas. Algo que me ha sorprendido gratamente en esta escuela son los profesores y la estructura de la formación. En general son todos amables y explican bien, y hay prácticas en hospitales todos los años, cosas que por desgracia no están presentes en todas las universidades. Sí, las comparaciones son odiosas y no son las mismas condiciones, pero una vez has podido experimentar las dos opciones compararlas es inevitable. El año que viene, muy a mi pesar, tendré que pedir traslado a otra universidad, porque no me puedo permitir el seguir en esta escuela, y al ser una segunda carrera no puedo solicitar becas.

He empezado el curso muy centrada y trabajadora, confiada y dispuesta a ganarme una buena nota de final de carrera, porque ya tenía la experiencia de cinco años universitarios en mi espalda. Aún no ha acabado el primer trimestre y ya voy atrasada en los trabajos, hay asignaturas que no sé ni por dónde cogerlas y me estoy desesperando. Realmente, cada carrera tiene sus complicaciones, y no por tener más experiencia se hace más fácil la cuesta arriba. Porque aprender algo nuevo siempre es una cuesta arriba, otra cosa es cómo la afronte cada uno, y para eso la experiencia sí que resulta ser de ayuda.

Llevo toda la semana despertándome antes que el propio despertador, no le dejo realizar su función. Hoy es sábado y me he levantado a las 6:30 am, esta vez la culpa la ha tenido un mosquito (sí, mosquitos en pleno mes de noviembre). Ya me he pasado por todas las redes sociales y he visto una película a la espera de que sea una hora más decente para ponerse a trabajar. He escrito esta entrada, subido las persianas, y ha llegado el momento. Es hora de desayunar con Hora de Aventuras. Y luego a trabajar.

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